jueves, 17 de junio de 2010

La paradoja del brillo.

"Brasil gana sin brillo y con susto final a Corea del Norte"

"Holanda resuelve sin brillo"

"Messi guía a una Argentina sin brillo"

"Una triste Italia se estrella "

"Que (España) nos vamos a pasar por la piedra a Suiza, Honduras y Chile -a estos últimos tal vez con alguna dificultad más de las previstas- lo sabe hasta un niño de teta." .

El planeta fútbol se ha visto sacudido fundamentalmente por dos terremotos mediáticos desde el fin de la Liga y de la Champions League. El primero tiene nombre propio: José Mourinho. El segundo, el Mundial de Fútbol que alumbraría, por fin, a la "España sin complejos".

No seré yo quien discuta el favoritismo del combinado ibérico. Al contrario. La actual campeona de Europa merece tal consideración por el excelente juego que ha demostrado ser capaz de realizar (con Del Bosque, en fases cada vez más discontinuas, eso sí). Y por una plantilla con quizá el mejor portero y defensa del mundo (Casillas y Piqué), con innumberables recursos en el centro del campo -con el factor diferenciador de los "jugones"- y, sin llegar al nivel de un Drogba, delanteros titulares TOP.

El cóctel pre-Sudáfrica se completó tirando de convenientes medias verdades, tales como con una Brasil sin rastro de "jogo bonito", una Italia sin talento, Francia y Argentina "carentes" de entrenador, lesiones de hombres clave en Holanda o Inglaterra.....hasta las encuestas internacionales daban como favoritos a la recientemente conocida como "roja". Llegó la euforia. Y con ella, en los alumnos menos aventajados, la minimización de los rivales.

Una muestra es la que encabeza este artículo, solo parte de una retahíla interminable con cierto tufo a desprecio. "Sin brillo", "vence sin convencer", "se atasca", "se estrella" resumen en los kioscos españoles trabajadas victorias o empates que quizá se hagan valer, de los otros candidatos. Caretas fuera, lo que trasluce es simple narcisismo de nuevo rico. Da igual que ganen los demás. Somos los más altos, los más guapos, solo nuestra filosofía de fútbol es válida, y les enseñaremos a inventores del deporte y campeones del mundo cómo se juega a esto.

Un tal Gelson Fernandes marca de churro. Derrota injusta. El españolito de a pie pierde su mirada en lo que le queda de caña, reflexionando en cómo un equipo constantemente encerrado, que desprecia jugar el balón que tú amas, te ha ganado. Mira al hosco rostro de Hitzfeld y se pregunta"¿Por qué está orgulloso? Si solo hemos jugado nosotros, ¡si te lo has encontrado de milagro!. "¡¿Cómo se puede salir a hacer eso a un campo de fútbol?!". Y la prensa, como era previsible, habla de "Cura de humildad".

Veo una doble paradoja en todo esto.

1. Los periodistas que han desbordado la euforia en las masas, ahora llaman a la "cura de humildad" por una derrota injusta en la que se domina todo el partido y no se pierde la filosofía de fútbol. Desde luego, no invalidan las credenciales de España. Sí la coherencia de unos periodistas que, llamando a la humildad,tratan la prepotencia como un ente ajeno surgido por ciencia infusa, sin un gramo de autocrítica.

2. Hubo una reciente corriente mediática de alabanzas a José Mourinho conducentes a declararle el mejor entrenador del mundo: su modelo de juego es igual de válido que otros más estéticos, lo que cuenta es ganar, no el modo, y él gana, el Inter hizo lo que tenía que hacer ante Barça y Bayern encerrandose, ya que no tenía potencial para afrontar un intercambio de golpes...todo ello razonable. Por ese mismo argumento, ¿porqué las de Holanda, de Argentina o de Brasil son "victorias sin brillo", y las de Mourinho, geniales planteamientos tácticos? ¿Por qué se criticaba el desprecio culé al modelo futbolístico del Inter y ahora se hace lo mismo con los rivales de España?

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