viernes, 16 de julio de 2010

El triunfo del equilibrio (1)




















La experiencia es algo curioso. Por un lado, se adquiere un cínico descreimiento que provoca cierta indiferencia ante lo que nos rodea, e indiferencia ante el futuro. Nos enseña que si empiricamente algo no ha pasado, lo más probable es que continúe sin hacerlo. Un experto, un veterano, ejercerá de oráculo en cualquier debate basándose en el mayor número de hostias recibidas a lo largo de su vida, sentando cátedra con impepinables verdades frente a sus oyentes.

Sin embargo, las enseñanzas de la vida tambien ayudan a encarar y superar miedos e inquietudes. Acabamos derrotando los complejos con la perspectiva adquirida tras el paso de los años. Generamos una coraza que nos llena de valentía, porque ya no tememos las consecuencias. Cada día más invulnerables, capaces de todo.

Esta dualidad se manifestó en muchos hogares españoles, donde padres, tíos o abuelos, con la retina repleta de fotogramas de una Alemania siempre triunfante, o del fútbol total de unos melenudos vestidos de naranja, se debatían entre la precaución del peso de la historia y el descarado ardor por tomarse la revancha ante los grandes, y hacerles morder el polvo de una vez.

España-Alemania. Uno de los puntos negativos de Del Bosque en el torneo fue, para mi, la insistencia con el doble pivote Busquets-Alonso en encuentros frente a rivales teoricamente menores, o cuyos antecedentes evidenciaban que frente a España plantearían un cerrojazo, con 9 o 10 hombres detrás del balón. Frente a una brillante Alemania, el conjunto español avanzó rondas, con apuros, pese al lastre supuesto por la alineación de ambos a la vez por parte del entrenador salmantino. Desatascó los partidos quitando a uno de los dos, fórmula acertada que, sin embargo, optó por no repetir de inicio.

Alemania era el primer rival ante el que se justificaría en mi opinión ese doble pivote español. El talentoso Ozil no encontró acomodo entre líneas en ningún momento, Puyol y Piqué solo tuvieron que moverse de su zona lo imprescindible- alguna cobertura a los laterales- sin preocuparse de salir a tapar superioridades alemanas en medio que sí se hubieran producido sin "Busi" o Xabi en el campo.

Es mentira que Alemania saliera a defenderse. Fue un tremendo desgaste físico por parte de los españoles, que presionaron con gran coordinación y sin excepción, el que embotelló a los germanos en su campo, concedamosle a España el mérito que tiene. No obstante, la bisoña Mannschaft demostró manejar el registró al que le obligaron los ibéricos a la perfección, realizando un partido casi impecable defensivamente, que ensalzó sobre todo la figura de Per Mertesacker -el central del Werder se ha ganado, al fin, un justo reconocimiento mundial-.

Pensaba quien suscribe que si España seguía sin marcar, tanto desgaste sería el caldo de cultivo propicio para las contras alemanas en el último tercio de encuentro. Es entonces cuando tomó relevancia la figura de un personaje que pasó desapercibido: Javier Miñano, preparador físico español. Ante las duras críticas recibidas tras los primeros compromisos, argumentó que su trabajo estaba enfocado a que los "tiki-taka boys" diesen el máximo en semifinales y final. Pocos le creímos, menos aún le entendimos. Pero el murciano no vendía humo.

La tan cacareada por Luis Aragonés debilidad en la "condición física de base", fue otro de los mitos cazados por "la Roja". España siguió mandando en el partido, castigando al honrado púgil teutón con constantes golpes al costado. Hasta que llegó el directo a la mandíbula de la forma más inesperada: un cabezazo, desafiando la gravedad, ante las torres alemanas.

El retorcido destino quiso ironizar. Curioso que el gol que plasmase a la España de la técnica, el toque y la paciencia en la historia mundialista lo marcase Carles Puyol, todo un exponente del estilo contrario, del único amago de identidad futbolística que tuvo España en su historia: la "Furia". Pero las moiras, en su carcajada, fueron más allá. El goleador Puyol y su asistente, Xavi Hernández, fueron en 2007 el centro de una ridícula polémica instigada por una contraportada de Roberto Palomar en el diario Marca, acusando a los culés del "delito" de doblar sus medias para ocultar la enseña nacional, insinuando su nacionalismo catalán y el consecuente poco compromiso con "la Roja." Por fortuna, algunos tienen memoria (obteniendo cinismo por respuesta). Las victorias son un excelente amnésico.

La Mannschaft la tuvo en las botas de Toni Kroos tras la primera acción del partido en que se reconoció al magnífico conjunto visto en otros partidos, con un contragolpe fulgurante por la izquierda. Pero Casillas estuvo donde tenía que estar. A partir de ahi, los deslabazados intentos germanos no tuvieron repercusión ante la solidez física y táctica de los de Del Bosque, que tentaron a la teoría de "el que perdona, paga" tras el lío que Pedro -de los mejores del partido por otro lado- se hizo con el escurridizo Jabulani, que no pudo hacer llegar a un desmarcado Torres para matar el partido. Pero ni la clemencia del canario fue suficiente para arrebatar a los ibéricos su justo premio.

PD: Nostrapacus -nuevamente impresionante- y Camacho, haciendo de las suyas

domingo, 4 de julio de 2010

Música: Messi ya no reunirá a los Gallagher












Las televisiones pagan ingentes cantidades de dinero por los derechos del fútbol, por lo que deben amortizar al máximo las competiciones de que disponen. Eso hace que los amantes de lo frívolo, ávidos de saciar nuestra morbosa curiosidad de detalles acerca de las interioridades del fútbol, o simplemente necesitados de humanizar a esos millonarios de pantalón corto a los que idolatramos, estemos de enhorabuena.

En esa tónica, hemos podido presenciar lo arrítmico que es el portugués Nani fuera del campo, saber que el lateral derecho de España es el encargado de machacar a flamencazo limpio los tímpanos de sus compañeros antes de los partidos -tras las sesiones de DJ Ramos, las vuvuzelas deben resultar hasta agradables- o que ese adonis selvático llamado Tévez le ha descubierto a Messi un maravilloso -uno es fan y de los pesados, mis amigos lo sufren- mundo: el de Oasis.


"El Apache" es futbolista del Manchester City, conjunto del que los "Gallagher Bros" son declarados fans. No hay partido televisado de los "skyblues" que se precie sin un plano al palco que ocupan Liam y Noel en el precioso estadio de su equipo, que llenaron hasta la bandera en su actuación de 2005, algo que ya habían hecho -¡en 3 ocasiones consecutivas!- en el antiguo hogar de los "citizens", Maine Road, en 1996.


No son mercenarios. De hecho, siempre se han negado a tocar en Old Trafford, templo del eterno rival. Sienten lo mismo por el Utd que el oviedista que suscribe hacia el Sporting. Para muestra un botón del "frontman" de la mítica banda:

Periodista.- "Creo que sois unos forofos del Manchester City .¿Que te parece que el club sea propiedad de un jeque árabe?."

Liam (con ininteligible acento mancuniano).- "Me toca las pelotas. Pero lo importante es joder al Manchester United. Sabes que trabajaba lavando coches muy cerca de Old Trafford ,quizá por eso lo desteste aún más."

Encantador, ¿verdad?.

Declaraba el crack del FC Barcelona: “Desde que juega en Manchester, Carlitos me venía diciendo lo bueno que era Oasis. Yo le prometí que iba a escucharlos, pero nunca tenía tiempo. En el vuelo hacia Sudáfrica, Carlitos me hizo escuchar los dos primeros álbumes. Debo decir que no tenía muchas expectativas al respecto pero confieso que es una de las mejores cosas que jamás escuché. Es absolutamente asombroso y sus canciones son increíbles. ‘Supersonic’ y Live Forever son mis favoritas. Estuve escuchando al grupo en mi iPod en la habitación del hotel, en los traslados hacia los partidos y en el vestuario. No puedo creer que haya pasado tanto tiempo sin tener idea de ellos”.

Como haría cualquier mortal, el astro argentino se dedicó a ver vídeos en youtube de las actuaciones de la histórica banda británica. Y se ilusionó con la posibilidad de verles en directo:

"Le dije a Carlitos que estaría bueno ir a verlos pero él me contó que el grupo ya no existía”.

A veces ser el mejor del mundo en algo no vale para cumplir tus sueños. Pero la devoción de Messi por los chicos de Manchester es tal que ¡les quería para amenizar su fiesta de campeones!:

"Hemos acordado que si ganamos el Mundial les traeremos a Argentina a nuestra fiesta de celebración. Solo necesitamos saber su precio"

Por fin he encontrado un motivo para entristecerme de la eliminación de los pupilos de Maradona. ¿Qué hubieran contestado Liam y Noel, tan emblema británico como el te o el cricket, a la oferta de reunirse festejar el triunfo del autor de la "Mano de Dios" que eliminó a Inglaterra en el 86? ¿Os imaginais a Liam provocando al público argentino mencionando las Malvinas? ¿Llevaría tan bizarra imagen a la tumba a la Thatcher?

Por el momento, Messi escuchará en su iPod el "Stop Crying Your Heart Out" de sus ídolos para consolarse. ¿La reunión? Otra vez será. Quizá lo hagan cuando Messi fiche por el City. ¿Todo es posible con los petrodólares, o no? Some day you will find me.....



sábado, 3 de julio de 2010

Un panzer sobre un castillo de naipes
















De entre los muchos detalles que deja un partido en que un gigante del fútbol (Alemania) arrasa a otro (Argentina), no puedo evitar quedarme con la sonrisa de Michael Ballack. Tras el cuarto gol teutón, las cámaras buscaron al mocetón de Chemnitz, involuntario espectador a pie de campo, encontrando en él una sonrisa de sincera complacencia.

El ya ex-centrocampista del Chelsea, ausente por lesión, ha comandado a la Mannschaft durante casi 8 años que se pueden considerar exitosos pese a la ausencia de títulos (finalista Mundial 2002 y Euro 2008, semifinalista en Mundial 2006). Por ello las alarmas saltaron cuando una terrorífica entrada de Kevin Prince-Boateng en la final de la FA Cup hizo trizas el tobillo derecho del "eterno subcampeón". Su liderazgo militar sobre la cancha se asocia con la más tópica imagen que se tiene de los alemanes. Recordamos su magullado e iracundo rostro en la final ante España, su cómico enfado con Ovrebo ante el Barcelona o intimidatorias discusiones con rivales, incluso con compañeros. Una especie de ogro, ansioso por ganar y quitarse su propio sambenito.

Pero Ballack sonríe. Y el mundo del fútbol tambien. Esta Alemania, según palabras del propio Löw, "exuberantemente juvenil", lo hace inevitable. Atrás queda la soberbia y la prepotencia. Mesut, Thomas y cía solo quieren divertirse.

Frente a ellos, la Argentina de Messi, prostituida a ser la del Maradona entrenador y "el gringo" Heinze. Su agónica clasificación no auguraba la brillante -en cuanto a resultados- fase de grupos realizada, ni su relativamente desahogado pase a Cuartos frente a México. Dicen que el ignorante tiene valor, y el sabio miedo. Diego Armando reafirmó ser de los primeros con constantes salidas de tono ante la prensa en la efímera borrachera de victorias de su equipo. Picó ante la cierta, pero politicamente incorrecta, acusación de Schwensteiger, aduciendo que su rival, ¡Alemania!, tenía miedo. Todo un brindis al Sol.

Bastaron dos minutos y la inestimable colaboración de Sergio Romero (el del AZ es buen portero pese a todo) para que el ¿planteamiento? de Maradona saltase por los aires. Un recogepelotas llamado Müller acarició con la testa un centro del renacido Schwensteiger para reclamar su trono como revelación absoluta del Mundial. El 1-0 dio relevancia a la pizarra, reflejando qué equipo tenía entrenador y cual una balbuceante pantomima en el banquillo.

Y es que los chicos de Joachim Löw, pese a su descarada juventud, leyeron el partido a la perfección. Aguantaron el caótico aluvión de Argentina, relegando al -con permiso de Holanda- presunto mejor ataque del campeonato a tímidos intentos de Higuain o Di María. Controlaron el partido en todo momento. Incluso en el minuto 20 Klose, tras una perfecta contra llevada por Muller, estuvo a punto de devolverles a la Pampa en tiempo record.

El descabellado sistema planteado por Maradona (con Maxi Rodríguez-Mascherano-Di María en el centro del campo, 2 extremos netamente ofensivos y un mediocentro eminentemente destructivo) apagó las luces incluso a un desesperado Messi, que se va sin marcar de este Mundial, al que se le vio bajar al medio frecuentemente en busca de un balón que no le llegaba. Pero ni él, ni un omnipresente Mascherano -el mejor de la albiceleste- pudieron evitar la debacle que llegaría en la segunda mitad.

El toque esteril de los argentinos se vio castigado por una Alemania que combinó un toque directo y preciso con efectividad. En el min.68, un siempre inteligente Muller, en un escorzo desde el suelo, dejó a Podolski en posición privilegiada para asistir con frialdad al oportuno Klose, que ya supera a Pelé en goles en los mundiales. Maradona puso la alfombra roja retirando a su lateral diestro Otamendi para introducir un acompañante para "Masche" (Pastore). Una suerte de 3-2-5. Los germanos provocaron una sangría en una banda sin lateral. Primero tras brillante acción personal de Schwensteiger que culminaría Friedrich, para luego certificar el 4-0 en otro preciso contragolpe entre Ozil, "Poldi" y Klose.

Grondona, el mandamás del fútbol argentino, deberá dar un paso al frente y descabezar por fin al ídolo, al mito, que se inventó como entrenador y que ha dejado la imagen del país por los suelos. Ver a los aficionados españoles, normalmente cariñosos con la albiceleste e historicamente hostiles a Alemania, cantando alegremente "Adios Maradona Adios", resulta ilustrativo.

Decía Matías Vallés en su columna de La Nueva España que "cada vez que veo a la Argentina de Maradona y Heinze" -agresor de cámaras, plusmarquista mundial en recorrerse todo el verde para protestar al colegiado, violento disfrazado de pícaro- "deseo que pierdan todos los partidos por siete a cero". Casi. Mientras, Ballack y yo seguiremos sonriendo.

Ficha del partido aquí.